21 dic 2009

Bàrbara Bibiloni Sans


Y brotará un retoño del tronco de Jesé y retoñará de sus raíces un vástago. Sobre el que reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de entendimiento y de temor del Señor. No juzgará por vista de ojos ni argüirá por oídas de oídos, sino que juzgará en justicia al pobre y en equidad a los humildes de la tierra. Y herirá al tirano con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad el ceñidor de su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito, y comerán juntos el becerro y el león, y un niño pequeño los pastoreará. La vaca pacerá con la osa, y las crías de ambas se echarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. El niño de teta jugará junto a la hura del áspid, y el recién destetado meterá la mano en la caverna del basilisco. No habrá más daño ni destrucción en todo el monte santo, porque estará llena la tierra del conocimiento del Señor, como llenan las aguas del mar.
En aquel día, el renuevo de la raíz de Jesé se alzará como estandarte para los pueblos, y le buscarán las gentes y será gloriosa su morada.

· Is 11, 1-10 ·