9 jun 2009

Javier Barranco Godoy

No he encontrado el momento, las palabras exactas para expresarme debidamente. Un sábado con un sol radiante y hermoso, no sé cómo pudo acabar en un día tan triste y negro para muchas personas, esas personas que te han querido, que te quieren y que te querrán siempre.

No sé exactamente como nos conocimos, no sé las palabras que utilizamos en nuestra primera conversación, no lo sé exactamente pero hace bastante tiempo que nos conocemos. Recuerdo que en Post-Comunión todos los jueves había una reunión y yo no podía ir por temas de la natación, pero recuerdo perfectamente que Biel me invitaba los sábados que hacíais “fiesta” para estar contigo y con muchas más personas, que a la larga se han convertido en nuestros amigos. Esos sábados que esperábamos con ansia que acabara la misa para poner jugar a futbol, que al acabar el partido subíamos al salón para cenar, y mientras tanto ver el fútbol por la televisión, y riéndonos por tonterías.

También recuerdo los principios de veranos de acampada en la colonia de Sant Jordí. Un sitio tranquilito, con su campo de fútbol como no, jugando a las 3 de la tarde con todo el sol encima, pero a nosotros nos daba igual. Ahí fue donde conocí a tu primo, y esa amistad de tres aunque solo fuese un fin de semana a vuestro lado, era un fin de semana perfecta. Todos nos hacían caso, digo los demás compañeros (Isa, Ángel, Raquel, Pere…), porque siempre éramos los mayores. Esas competiciones hasta la isla que había en medio del mar, el camino que había que hacer para llegar a la calita o playa… los jueguecitos que hacíamos con los demás y las pruebas que nos ponían. También cuando nos tocaba hacer las tareas del hogar… todos esos momentos han sido, son y serán momentos únicos e inigualables.

Lo que ocurría siempre es que después de eso, tardábamos en vernos de nuevo, pero el destino nos unió mediante una serie de amigos, y han sido estos últimos 3 años donde he estado a tu lado día a día, clase al lado de clase, todos los patíos juntos… pero por culpa del destino, ya no lo podre disfrutar.

Ahora echo de menos esos principios de verano, los partidos que jugábamos uno al lado del otro, los sábados viendo la tele contigo y cenando, es decir, te hecho de menos a ti… NUNCA TE OLVIDARE GUILLE.